Los Niños Especiales, mi amigo Bely

Conocí a Bely en tercero de secundaria, en el casi desaparecido Colegio San Martín de Porras, cuando era dirigido por Huacho Figueroa y César Sara Rato, si no me engañan los recuerdos buenos profesores.

Bely era uno de los alumnos más extraños físicamente, tenía una cabeza prominente, cuerpo ancho y de estatura baja, usaba un audífono en las orejas para escuchar mejor y de veras que era un Down simpático.

Lo sorprendente era su capacidad para cursar los estudios junto con aparentemente púbers normales como nosotros, a pesar de sus limitaciones siempre estaba allí, era parte de las bromas como víctima y también como victimario. Era tierno y amistoso, en ocasiones jugábamos a las manos y debo confesar que tenía una fuerza descomunal para nuestra edad.

Algunos compañeros lo molestaban y le decían extraterrestre, donde está tu platillo volador y cosas por el estilo, él contestaba con una broma o respuesta del mismo calibre, era uno más de nosotros, era un Down muy avanzado, era el más querido de todos los alumnos y también por todos los alumnos.

Cada cierto tiempo entre tres compañeros que hoy recuerdo vagamente asistíamos a jugar a su amplia y bonita casa, tenía de todo el querido Bely, juegos y juguetes que muchos deseábamos, se divertía con nosotros y puedo recordar la sonrisa y alegría de sus padres al verlo correr y reír, se notaba que lo amaban mucho.

El día de nuestra promoción de secundaria, llevaba un terno carísimo, me dijo que era de una tienda muy famosa en Lima, cuyo nombre no recuerdo, su pareja fue una linda chica, claro que era más alta que él, pues todos crecimos y él se fue quedando.

Nos despedimos con la promesa de vernos seguido, pero la verdad casi nunca nos volvimos a ver no solo con Bely, también con otros amigos.

Tres años después de la promoción me enteré que había fallecido, mi padre me llevó a su entierro, pude ver es gran casa donde jugábamos años atrás, esas escaleras y esos árboles que atestiguaron nuestra fugaz amistad, que son tres años en nuestras vidas.

Veía tranquilos a sus padres no con tanto sufrimiento, seguramente tranquilos porque le dieron de todo, en afecto, en amor y también económicamente.

Luego de ello lo recuerdo cada vez que veo uno de esos seres humanos especiales, tan especiales que son tan normales, a diferencia de nosotros que somos anormales, estúpidos y asesinos. Esos seres tan inocentes y afectuosos son lo más verás que le va quedando a este mundo, uno de ellos fue mi amigo, lo respeté mucho y espero que ustedes lo hagan cada vez que se encuentren con uno de ellos.

Donde estés Bely allí con tu nave espacial, entérate que siempre te recuerdo.